Médico, filántropo y ciudadano comprometido…

Marcos Rodríguez

callesdeolavarria@gmail.com

El 16 de julio de 1955 el Concejo Deliberante sancionaba, por unanimidad, una ordenanza cuyo articulado transcribimos: “Art. 1- Desígnese Dr. Rufino D. Fal a la calle Nro. 10 de Olavarría en todo su recorrido. Art. 2- Encomiéndese al DE la confección y colocación de una placa con la inscripción pertinente. Art. 3- Comuníquese, publíquese, etc.”. La ubicación que originalmente se le dio a la calle Rufino Fal es la que mantendrá, reforma de la nomenclatura urbana mediante, tres años más tarde aunque asignándosele el número 86. En aquella sesión de 1955 se dio lectura al despacho de la comisión de Legislación, Interpretación y Acuerdos que aconsejaba dar el nombre de Dr. Rufino D. Fal a la calle 10 teniendo en cuenta “las virtudes que adornaron la existencia de este médico filántropo, virtudes reconocidas y aquilatadas a través de toda su actuación como profesional y ciudadano.”

En el ámbito dirigencial, Rufino Fal fue presidente del club Racing y de la Liga de Fútbol de Olavarría. Archivo El Popular.

Rufino Dionisio Fal, hijo de los españoles Higinio Fal y Jesusa Fonseca, se recibió de médico en diciembre de 1935 en la Universidad de Buenos Aires, abriendo aquí su consultorio a principios de 1936. Ejerció la dirección del Hospital Municipal entre los años 1945 y 1946 para volver al cargo en 1951 ocupándolo hasta su fallecimiento en 1954. Desempeñó durante largo tiempo la presidencia de la Liga de Fútbol de Olavarría y ejerció el mismo puesto en el Club Racing durante 1938-1939. Esto no impidió al Dr. Fal prestar el auxilio médico desinteresado y jamás negado a otras instituciones deportivas. Aptitudes que lo llevaron a ocupar ad honorem el cargo de médico de la Mutual de Jugadores. 

En la fotografía se observa al doctor Rufino Fal (en el centro de la imagen) en el acto de asunción como director del Hospital Municipal en 1945. Archivo El Popular.

Rufino Dionisio Fal falleció el 12 de octubre de 1954. Al conocerse la noticia la Municipalidad de Olavarría emitió el siguiente decreto: “Habiendo fallecido en la fecha el Doctor Rufino D. Fal, director del Hospital Municipal Coronel Olavarría, esforzado y eficiente colaborador comunal, el Intendente Municipal decreta: art. 1- adhiérase la Municipalidad de Olavarría al duelo provocado por el deceso del Dr. Rufino D. Fal. Art. 2- Entórnense las puertas del Palacio Municipal a la hora del sepelio de sus restos; envíese ofrenda floral y remítase a sus deudas nota de pésame con trascripción del presente decreto. Art. 3- Designase al Secretario Municipal señor Adolfo Veyrand para que en nombre de la Comuna despida sus restos.”

Placa que actualmente se encuentra en el Archivo Histórico Municipal, y que lleva la fecha de su colocación días después de que se decidiera imponer el nombre de Rufino Fal a una calle del sector norte de la ciudad. Marcos Rodríguez.

Poco tiempo fue el que pasó después de su muerte para que surgieran varias iniciativas en torno a darle el nombre de Rufino Dionisio Fal a una calle de la ciudad. Uno de ellas fue la de la Sociedad de Fomento Coronel Olavarría que solicitó se le asigne el nombre del galeno a la calle 56 (actual Las Heras) en el Barrio San Vicente que por aquel entonces carecía de uno. A su vez, por iniciativa de dicha sociedad de fomento, el 24 de abril de 1955 será inaugurada la sala sanitaria bautizada Dr. Rufino Fal y ubicada en la calle Vicente López al 2000 (Giovaneli 184 en aquel entonces). Finalmente, el 16 de julio de 1955 se decidió dar el nombre de Dr. Rufino Fal a la por entonces calle 10 y actual 86. No ha de ser casual que la calle elegida haya sido una de las que bordea el predio del Hospital Municipal -del cual Fal fue director- y que las reformas en la nomenclatura urbana de noviembre de 1958 hayan agrupado en un mismo sector a los doctores Fal, Grimaldi y Merlo. 

Una nueva etapa

Con la crónica de hoy culminamos una etapa en esto que hemos dado en llamar “historia de las calles de Olavarría”. Iniciamos el recorrido señalando que los cambios en nuestra nomenclatura urbana se han sucedido y las marcas han quedado. Afirmábamos también que hacer este recorrido por los nombres de las calles nos permite adentrarnos en la evolución y transformaciones de la ciudad y en el lugar que ocupan ciertos hechos y personajes que a veces devienen en una trama sugestiva y enigmática. 

Comenzamos adentrándonos en los nombres de nuestras avenidas para luego sumergirnos en las figuras locales a las que la ciudad ha querido homenajear, a lo largo del tiempo, dando su nombre a una calle. Definimos a estas figuras como aquellas que desarrollaron gran parte de su accionar y obra en nuestra ciudad. Muchas veces esta acción coincidió con el tramo intermedio de sus vidas, ya que muchas de ellas no iniciaron ni terminaron sus días aquí. Fueron políticos, empresarios, referentes culturales y profesionales. Todos ellos, de algún modo u otro, no han pasado desapercibidos ni a su época ni a sus conciudadanos que han querido que sus nombres “vistan” nuestras calles. Partimos de 1913 y llegamos a 1955, tres años antes de sancionarse el sistema nomenclador de calles vigente hoy en nuestra ciudad. Así, y en orden cronológico de bautismo, pasaron por estas páginas Isaías Mendiburu (la única desaparecida luego del nuevo ordenamiento de 1958), Celestino Muñoz, Pablo Fassina, Eulalio Aguilar, Manuel Leal, Emilio Cortes, Manuel Canaveri, Juan Ángel Moya, Joaquín Pourtalé, Agapito Guisasola, Armando Collinet, Ramón Rendón, Antonio Pelegrino, Camilo Giovaneli, Amparo Castro, Ernesto Merlo, José Luis Torres, Amadeo Grimaldi y Rufino Fal. Cabe recordar que nuestra investigación se centra en las calles ubicadas dentro del perímetro comprendido por las avenidas Avellaneda, de los Trabajadores, Alberdi y Pellegrini. 

Estamos pronto a iniciar una nueva etapa. Continuaremos desentrañando la historia de las calles de Olavarría. No está de más recordar que no es nuestra intención adentrarnos en el debate en torno a las figuras cuyos nombres ostentan y si son o no merecedores de tal homenaje, sino simplemente relatar, apoyados en fuentes documentales y periodísticas, el origen de sus nombres y los cambios que éstos han tenido. Siguiendo esta premisa hablaremos de los barrios y sus calles, las callejas, pasajes o callecitas de nuestra ciudad, las notas de color, dudas o controversias a la hora de darle nombre propio a nuestras calles, las que son de “afuera” y las que no están y han estado… Como verán, estimados lectores, aún quedan muchas calles por andar…

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