Sobre "Calles e Historias de Olavarría"


Marcos Rodríguez
@olavarria_del_ayer 
callesdeolavarria@gmail.com


El blog "Calles e Historias de Olavarría" tiene el foco puesto en los nombres de las avenidas y las calles olavarrienses. Nos tomaremos, también, algunas licencias para rememorar ciertos acontecimientos, aniversarios y sucesos de la historia olavarriense. 

Los cambios de denominaciones se sucedieron con el correr del tiempo, casi siempre al ritmo de los vaivenes políticos y sociales del país, pero también con las idas y vueltas más domésticas, esas con acento profundamente local. Los cambios en nuestra nomenclatura urbana se han sucedido y las marcas han quedado. Hacer este recorrido por los nombres de las calles nos permite adentrarnos en la evolución y transformaciones de la ciudad y en el lugar que ocupan ciertos hechos y personajes. A veces algunos de ellos habrán sido plasmados en nombres de calles o lugares públicos, otras no. Sin duda habrán marcado nuestro pasado y conformarán parte del patrimonio de Olavarría como legado a las generaciones futuras. 




De una cuadrícula fundacional, la delimitada por los “cuatro bulevares”, cuyas calles recibieron sus nombres allá por 1883 y 1886, la ciudad transitó por una paulatina expansión al son del crecimiento y el desarrollo que el transcurso de las décadas le traía. Los nombres de las calles acompañaron este proceso. Así, calles como Isaías Isaías Mendiburu, Celestino Muñoz y Umberto I marcarán ejes de desarrollo de la entonces periferia. Pueblo Nuevo encontrará para 1908 y 1909 todas sus calles bautizadas, a la par de que Olavarría, otrora aldeana, recibía el título de ciudad. La década del 30 será rica en cuanto a imposición de nombres se trata: los barrios Luján, San Vicente y Mariano Moreno verán dar nombres a sus arterias. En este marco, y ya con un “capital” propio, Olavarría comenzará a homenajear a sus hijos para lo cual las calles adoptarán, muchas de ellas, nombres “locales”. El paso del tiempo implicará a su vez que la vieja numeración de a veinte números por cuadra que la ciudad se diera en el siglo XIX, daría paso a la de cincuenta números por cuadra en 1908, para finalmente fijarse en cien en 1928.


Nos hemos propuesto hacer hincapié en las figuras locales a las que la ciudad ha querido homenajear, a lo largo del tiempo, dando su nombre a una calle. Definimos a estas figuras como aquellas que desarrollaron gran parte de su accionar y obra en nuestra ciudad. Muchas veces esta acción coincidió con el tramo intermedio de sus vidas, ya que muchas de ellas no iniciaron ni terminaron sus días aquí. Fueron políticos, empresarios, referentes culturales y profesionales. Todos ellos, de algún modo u otro, no han pasado desapercibidos ni a su época ni a sus conciudadanos que han querido que sus nombres “vistan” nuestras calles

Horas y más horas dedicadas a recorrer las calles y a indagar distintos "tesoros" como el archivo de diarios y municipales. Desde las formalidades de documentos, ordenanzas, decretos y expedientes municipales, hasta las más urbanas crónicas periodísticas y los ricos testimonios de los olavarrienses más veteranos. Todo sirvió para ir armando una especie de gran rompecabezas.



Nuestra intención es realizar, así, un viaje por los nombres de nuestras calles, sus orígenes, sus anécdotas, sus historias. En ellos no solo descubrimos la historia, tanto la grande como la que empieza por la patria chica, que es la del barrio, donde la calle en que nacimos o vivimos adquiere el significado grande de lo pequeño, el misterio profundo del sentido de pertenencia, aquello que empieza a definir nuestra identidad. Hurgar en las calles “anónimas” es sentirse transportado a otras épocas, vivir a la vez la vida presente y pasada de la ciudad y ver que han sido rebautizadas bajo la emoción de la muerte de un estadista ilustre o bajo la impresión de un suceso extraordinario sin esperar, a veces, a sobreponernos a la emoción para decretar el homenaje. 

La finalidad de la nomenclatura es identificar los lugares de forma clara y precisa. Otra es, quizá subsidiaria de la primera, la de rendir homenajes. La posibilidad de errar es siempre alta y siempre se cometerán injusticias por acción o por omisión, ya que indudablemente son muchos más los personajes o hechos merecedores del homenaje que el reducido número de calles con que cuenta la ciudad. En este sentido todos tenemos alguno que consideramos olvidado. Lo cierto es que la ciudad se viste de sus calles y sólo pretendemos hacerlas un poco menos anónimas. 

Parte de este trabajo ha sido publicado semanalmente entre marzo y diciembre de 2015 en el diario El Popular de la ciudad de Olavarría. Al mismo tiempo ha sido declarado de Interés Legislativo Municipal por el Honorable Concejo Deliberante de Olavarría (Res. 100/16)












Comentarios